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La gota es
causada por un defecto en el metabolismo que ocasiona una sobreproducción de ácido úrico o la
disminución en la capacidad del riñón para eliminarlo. Se desconoce la causa
precisa de este defecto metabólico, el cual también se puede desarrollar en
las personas que tienen diabetes, obesidad, anemia de células falciformes y enfermedad renal; pero también puede ocurrir después de una terapia con
medicamentos que interfiera con la eliminación del ácido úrico. La gota tiene cuatro etapas: la asintomática (sin síntomas),
la aguda, la intercrítica y la crónica. En la artritis gotosa aguda, los síntomas se desarrollan
súbitamente y por lo general afecta sólo a una o unas pocas articulaciones.
El dolor frecuentemente comienza durante la noche y generalmente se describe
como palpitante, opresivo e intenso. La articulación aparece infectada y con
signos de calor, enrojecimiento y sensibilidad.
Los episodios de
dolor en las articulaciones pueden calmarse en varios días, pero pueden
recurrir a intervalos irregulares y los ataques que siguen generalmente son
más prolongados. En algunas personas, este problema puede progresar hasta
convertirse en artritis gotosa crónica, mientras que en otras personas es posible que no se
presenten ataques posteriores. El riesgo se incrementa en los varones, en las mujeres
posmenopáusicas y en las personas que consumen alcohol. |
asd